Viven dramas paramedicos de Cruz Roja

CABORCA.- Francisco David Salas Valenzuela, es un paramédico de la Cruz Roja de Caborca quien a lo largo de 5 años de servicio en la institución, le ha tocado vivir al igual que sus compañeros, infinidad de hechos dramáticos que lo han conmovido de sobremanera al ver el sufrimiento de la gente.
Pero paulatinamente va aprendiendo a asimilarlo y a sobreponerse para hacer mejor su trabajo, así lo manifestó el propio voluntario de la Cruz Roja al ejemplificar uno de los casos que ha vivido en muchísimas ocasiones.
“Me ha tocado ver cosas muy tristes en accidentes automovilísticos cuando personas pierden la vida y sus familiares que quedan vivos, principalmente niños, lloran desconsoladamente la muerte de sus padres.
“En esos momentos de impotencia tanto mis compañeros como yo, tenemos que controlarnos de esos episodios para poder prestar bien nuestros servicios, organizándonos mejor”, expresó.
Salas Valenzuela, dijo que muchas de las veces sin buscarlo se crea cierto enlace afectivo con enfermos ya que les toca atenderlos casi a diario porque se ponen malos y sus familiares les hablan para que los atiendan, percibiendo todo su sufrimiento; y cuando mueren, también sienten aflicción.
Expuso que le han tocado muchos casos de personas que fallecen en la ambulancia mientras son atendidos por los paramédicos lo cual les deja, de alguna manera, una sensación de impotencia por no poder hacer más de lo que pueden ya que solo hacen labores pre hospitalarias.
El paramédico resaltó que también ha tenido que atender de emergencia a familiares o amigos como el caso de una personita muy querida.
“En días pasados mi sobrinita estaba en un estado de agonía y me tocó atenderla, necesitando ser traslada de emergencia al Hospital Infantil de Hermosillo, por lo que me fui con ella hasta que llegó a recibir atención especializada, pero me sentía muy desesperado porque temía que pasara lo peor”, confesó.
Salas Valenzuela agregó que así como le ha tocado ver y sufrir cosas feas también ha sentido en lo más profundo el agradecimiento de personas y sus respectivos familiares, que han sido salvadas de morir o atendidas oportunamente para evitar que pusieran en peligro la vida, lo cual es lo más gratificante para ellos, como paramédicos; recibir esa mirada de gratitud