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Se cumplen 5 años del asesinato de Nepomuceno Moreno

e08a8e5b6ea6c94dfea6de3baf36f108Después de caminar semanas por varios estados del país en reclamo de la aparición de su hijo desaparecido en tierras sonorense a tras haber sido detenido por al policía estatal en 2010, el 28 de noviembre de 2011, Nepomuceno Moreno Nuñez, integrante del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad (MPJD), fue asesinado en las calles de Reforma y Pesqueira de la colonia Centenario, en Hermosillo, Sonora.

Como integrante del MPJD, Nepomuceno hizo público el caso de la desaparición de su hijo Jorge Mario Moreno León que «fue detenido el primero de julio de 2010 por policías del estado de Sonora cerca de Ciudad Obregón».

Nepomuceno expuso desde entonces las omisiones y colusiones del gobierno de Guillermo Padrés Elías (hoy preso) con el crimen organizado; decía que él, “estaba resignado a pelear solito contra el gobierno de Sonora, ya ni me quieren recibir, se ríen de mí, antes iba al cuartel del Ejército para denunciar el secuestro de mi hijo; escribí cartas a la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO) y nadie me hacía caso; hasta que me uní al Movimiento por la Paz veo que las organizaciones sociales tienen el poder para sentar al (entonces) presidente Calderón en una mesa de diálogo y que los procuradores de justicia están obligados a recibirnos para reabrir las investigaciones”.

Al hoy preso Guillermo Padrés Elías, «no sólo debe acusársele de corrupción, sino de violaciones graves a derechos humanos. Qué responsabilidad tiene Padrés y los funcionarios encargados de la justicia de su gobierno en la desaparición de Jorge Mario Moreno León y de sus amigos, y en el artero asesinato de su padre Nepomuceno Moreno, es algo que exigimos sea esclarecido en el proceso que se le sigue al exgobernador de Sonora», demanda el MPJD.

«No hacerlo sería contribuir al encubrimiento y a la injusticia. Padrés es un hombre corrupto, pero también y sobre todo un criminal que, como Javier Duarte, el exgobernador de Veracruz, es responsable de centenares de violaciones a los derechos humanos en su estado, violaciones por las que deben responder si queremos encontrar algún día la justicia y la paz», señala el Movimiento por la Paz en un posicionamiento público.

En segundo lugar, agrega el MPJD, «el responsable de ese crimen es Felipe Calderón que, prometiéndole en ese histórico diálogo que le proporcionaría las medidas cautelares que Nepomuceno pedía, lo abandonó a su muerte».

El señor Nepomuceno participó en el MPJD desde la marcha de Cuernavaca al Distrito Federal; se incorporó a la Caravana del Consuelo en la ciudad de Durango, que partió de Cuernavaca rumbo a Ciudad Juárez, Chiahuahua.

Nepomuceno llegó a la Plaza de Armas de Durango cargando, al lado de la fotografía de su hijo y de sus amigos desaparecidos junto con él, una pancarta en la que podía leerse: “Autoridades de Sonora: ¿Dónde están nuestros hijos?”. Asimismo, estuvo en toda la ruta de la Caravana del Sur.

Desde el primer día de su reclamo público, Nepomuceno Moreno de mano a Guillermo Padrés Elías (hoy preso), una audiencia para la presentación de su caso; asimismo, denunció públicamente las constantes amenazas de muerte que había recibido y solicitó a las autoridades de la entidad medidas de protección.

El gobierno de Guillermo Padrés, jamás recibió a Nepomuceno Moreno ni atendió su solicitud de extenderle medidas cautelares para proteger su vida frente a las amenazas de muerte.

Durante el segundo encuentro del MPJD con el Ejecutivo Federal en el Alcázar de Chapultepec, el 14 de octubre de 2011, Nepomuceno Moreno le entregó en propia mano el caso de su hijo al entonces presidente Felipe Calderón y también le solicitó medidas de protección ante las amenazas, denunciando ante el entonces primer mandatario federal que el gobierno del estado de Sonora «no le había dado respuesta». Calderón Hinojosa tampoco investigó y no le protegió; casi un mes después del encuentro, el 28 de noviembre, Nepomuceno Moreno fue asesinado en tierras sonorenses.

Este 2016, el MPJD reclama a los gobiernos de Sonora y el federal la muerte de Nepomuceno Moreno y la falta de investigación «sobre los señalamientos y las pruebas que responsabilizaban a funcionarios e integrantes de la delincuencia organizada en la desaparición de su hijo, permitieron que fuera asesinado».

Después del asesinato de Nepomuceno Moreno su familia, al igual que otras muchas familias de Víctimas de la violencia, confió en la entonces Pro Víctima, en la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas, que siguen sin honrar su compromiso de proteger y atender integralmente a las víctimas, agrega el Mpjd.

El asesinato de Nepomuceno se suma al de Pedro Leyva, indígena defensor de los bosques de la comunidad de Ostula, Michoacán y a las desapariciones también de Eva Alarcón y Marcial Bautista, campesinos ecologistas de la Sierra de Petatlán y Coyuca de Catalán.

Al igual que Nepomuceno Moreno, «más padres y madres han muerto sin saber la verdad de lo sucedido a sus hijos desaparecidos, como Roberto Galván, quien murió buscando a su hijo Roberto, ajedrecista con categoría de maestro nacional desaparecido por policías estatales de Nuevo León en 2011; y como Margarita Santizo, madre de Esteban Morales, policía federal desparecido en Michoacán en 2009; casos que, desgraciadamente, se seguirán multiplicando por la impunidad y la falta de investigación de los casos», finaliza el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad.

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