|

¡No más!… damiselas en problemas

scarletEn 1939, la Meca del Cine se dejó seducir por la protagonista de Margaret Mitchell en Lo que el viento se llevó. En su transición de papel al celuloide varios fueron los cambios realizados a la trama, sin embargo, el rol de Scarlett O’Hara se mantuvo intacto.

“Tiene voluntad fuerte, es decidida y con un instinto de supervivencia refinado”, la describe Janelle Collett en Feminist.com. Mitchell, cita su colega, basó su personaje en un análisis realizado por William R. Taylor en el texto Cavalier and Yankee, acerca de la posición de las mujeres en las plantaciones sureñas:

“Eran como amazonas. El alma y corazón de las plantaciones”, analiza Taylor. “Sus hijas reflejaban su valentía”. Scarlett O’Hara puede partir como una joven despreocupada, sólo por su vida amorosa, pero evolucionará hasta poner antes de su propio bienestar el de su familia y de la tierra amada: Tara.

El describir al Sur con amor, para incentivar la reconciliación con el Norte o lo reprobable del retrato de la gente de color, distraen pero no terminan por afectar la intención de O’Hara. Una película y novela con personajes femeninos tan fuertes como Scarlett, Ellen y Melanie, podrían haber sido una influencia positiva.

“Las mujeres que leían el libro o miraban la película, en la década de 1930, salían de la Gran Depresión y tal vez ganaron fuerza e inspiración de los personajes de la historia. Ciertamente, la famosa determinación de Scarlett de no tener hambre otra vez, volvió a sonar con mucha de la audiencia”, comparte Collet.

A pesar de la clara diferencia en salarios, Hollywood llevó también un guión de mujeres luchadoras. Ambientado en un momento considerado asignatura pendiente en Estados Unidos: la segregación racial en la década de los 60, con Historias Cruzadas. Mujeres de color descubrieron a través de sus dramas cotidianos, las armas para luchar contra su injusta realidad.

“Tomamos algo que siempre escuchamos y vimos en relación con los derechos civiles. Lo presentamos bajo una nueva luz. Llegamos a oír de estas heroínas desconocidas. La historia se contó desde la perspectiva de estas empleadas negras y creo que es una historia muy importante para contar. Fue un retrato de cómo los hombres se educaban y avanzaban.

“Mientras que las mujeres no podían, porque tenían familias y obligaciones. Fue por el trabajo de estas mujeres de orígenes culturales dispares, que fueron capaces de hacer algo especial. Y eso para mí, más que mi personaje Minny, es lo más importante en esta película”, asegura la ganadora del Oscar Octavia Spencer.

El empoderamiento de la mujer ha encontrado eco surgido de temas del pasado. En 2016 llegó a las salas del país una historia con roles fuertes, listas para alzar la voz y lo más importante: era la interpretación de mujeres de la vida real. Aquellas luchadoras en los últimos años del siglo XIX por sus derechos, traducidos en el poder votar por el Primer Ministro en el Reino Unido.

El interés de mostrar una de las primeras batallas por la equidad, llevó al Parlamente de aquel país a autorizar el rodaje en su sede. Helena Bonham Carter, Carey Mulligan y Meryl Streep revivieron la labor de Maud, Edith New o Emmeline Pankhurst.

Bonham Carter abrazó la oportunidad de interpretar a Edith New, primero porque fue su propio abuelo uno de los impulsores del dicho: “Las mujeres no deberían votar, porque no son los suficientemente fuerte para defender el país, si estamos bajo ataque”. Con esa frase en mente, Helena aceptó el rol, con el propósito de cambiar la imagen que tiene de ella la industria fílmica.

“Me siento cansada del hecho de que los agentes de casting y directores tienen esta impresión de mí como frágil y pequeña. Lo encuentro muy condescendiente. Soy muy fornida y fuerte. Yo era gimnasta en la escuela y tengo muchos músculos”, aseguró la intérprete.

La llegada de Moana, significó para la casa de Mickey Mouse una reinvención de fórmula en todos sentidos. Su primera princesa polinesia es valiente, apasionada, independiente… una adolescente empoderada. No una princesa, sino una heroína. Dispuesta a embarcarse en alta mar para cambiar su destino y el de su pueblo.

El evitar crearle una historia romántica fue otro de los aciertos de los directores John Musker y Ron Clements. “Está muy bien enseñar a las niñas que no tienen que esperar a que alguien las rescate. Que ellas pueden rescatar y tener lo que necesiten, como pasa con el personaje (de Moana).

“Éste es un rol muy padre, que enseña que las mujeres son fuertes, libres, inteligentes y que pueden hacer lo que se les da la gana”, expresa el actor Beto Castillo, parte del doblaje de la cinta en México.

La televisión mexicana, siempre tan reservada a tramas donde las protagonistas se enfrascan en alcanzar una vida amorosa ideal al lado del “príncipe azul”, está comenzando a cambiar. El ejemplo actual es el melodrama La candidata, protagonizada por Silvia Navarro. Para mostrar el novel poder de la mujer en la política, la actriz acudió a mujeres en altos puestos.

“Los televidentes verán cómo la historia va a retar a esta mujer, porque tiene un hijo adolescente, claramente reflejo de una familia disfuncional, primogénito de una mujer que quiere luchar por la igualdad de género, por los derechos humanos y no le es nada fácil. Tuve entrevistas con algunas políticas para mi personaje, una mujer clave fue Rosario Green.

“También estuve con la senadora Gabriela Cuevas. La historia es muy oportuna, muchos dicen que nos estamos aprovechando del tema, que todas queremos ser candidatas o primeras damas, pero es el momento de contar este tipo de historias, es muy cruda, pero creo que no es un tema violento”, finaliza Navarro, en reciente entrevista con Crónica.

http://www.cronica.com.mx/notas/2016/999128.html

Comments are closed

BOLETÍN DE NOTICIAS

Recibe lo mas reciente de las noticias directamente en tu casilla de correo electronico.