La sonora belleza en Álamos
Algunos pueblos se ganan la etiqueta de Pueblo Mágico, otros parece que nacieron con ella, tal como sucede con Álamos, una de las grandes joyas que Sonora tiene para presumir ante el mundo.
Si quieres una buena postal de la ciudad, entonces sube al Cerro del Perico. Desde su mirador, la urbe presume sus destellos los dorados y albos de sus principales construcciones: La Parroquia de la Purísima Concepción, el Palacio Municipal y la Plaza de Armas.
Álamos es una ciudad que se disfruta a pie. La tentación de recorrer sus serpenteantes calles empedradas y deleitarse la pupila observando las casas con aire noble y antiguo terminará por conquistarte. Los enormes patios y jardines ricamente vestidos de vegetación son pequeñas maravillas que surgen por aquí y allá conforme camines hacia su Centro, porque créelo, todos los senderos llevan a la Plaza de Armas.
Punto de reunión para habitantes y viajeros por igual, la Plaza de Armas presume un magno kiosko que supera el siglo de antigüedad, tiempo en el que su señorial belleza se ha convertido en una estampa básica para quienes recorren este Pueblo Mágico.
Experiencia integral
Si decides quedarte, Álamos cuenta como opción de alojamiento con uno de los hoteles más bellos de Sonora: Hacienda de los Santos (Calle Molina Galeana 8). Completamente restaurada, esta antigua hacienda ahora funciona como un hotel boutique, con grandes estancias en las que se buscó respetar la decoración original y los grandes espacios. El recinto cuenta con La Cantina Zapata, un bar con más de 500 tipos de tequila y una colección de sombreros y estribos.
Descanso y paseo son claves en todo viaje, pero seguro te preguntas, ¿y la comida? Es garantía que estando en Sonora, tendrás lo mejor de mar y tierra en la mesa. El menudo y la machaca, así como el caldo de res, son básicos que deben pasar por el paladar de todo viajero. Pero si lo tuyo es lo marino, los frutos del mar, la mantarraya y el callo de hacha te van a sorprender. El postre recomendado es la tradicional coyota, cuyo tamaño y sabor te van a dejar más que satisfecho.
Todo paseo debe incluir la compra de souvenirs, así que si eres coleccionista de recuerdos, entonces date una vuelta por el Mercado de las Artesanías, donde podrás hacerte con algunas pequeñas piezas de arte típico y otras curiosidades, aunque lo más probable es que el mejor regalo lo tengas en la mente: El amor por Los Álamos.
