Choque de tropas en Arizona y en Sonora

En Nogales, que está en Arizona y en Sonora, se agarraron a catorrazos tropas mexicanas y gringas. Y hubo muertos y todo. Pero según los informes, las tropas gringas pasaron la frontera de allá pa acá para atacar.

Aunque se dio a conocer también que el general Plutarco Elías Calles se trasladó a toda velocidad (violentamente dice la nota), rumbo a la frontera para aplacar la cosa. Porque todo topaba en el tráfico comercial.

Desde Tampico, Tamaulipas, el doctor Calleja anunciaba sus servicios, que podían ser por correo. Curaba secretamente el alcoholismo, pero cada consulta debía ir con diez centavos anexos.

Estados Unidos ni había empezado en la guerra, pero los ciudadanos de allá del otro lado, estaban de acuerdo con ella según todo indicaba. ¿Quién se resiste al romanticismo de la libertad, esa joya esquiva?

Por cierto, las mujeres habían tomado casi todos los lugares que los hombres habían dejado por ir a combatir. Con nuestros vecinos gringos, ellas habían tomado liderazgos insospechados, casi al igual que las europeas.

Las más pobres laboraban en fábricas de armamento. Las aristócratas se alistaban en labores de ayuda social y algunas hasta se iban al frente de batalla.

Ahora pura París Hilton, que nada más salen en malos videos erráticos, o eróticos, asegún.
Incluso en los talleres gringos, había una hora determinada en la que se paraban los trabajos y se entonaba el himno «Over There», donde iba ex profeso el último fin del combate: la Victoria.

Y bueno, el estado procuraba invertir en educación. Cuando a la señorita Delfina L. se le cachó que había dejado sus estudios en la Normal de Saltillo, se le quitó la beca que el ayuntamiento de Torreón tenía para ella. El dinero se fue para los otros estudiantes.

Sobre la carta de los tranviarios, como se acostumbra en la prensa, se permitió un derecho de confrontar versiones. Los directores del Ferrocarril Eléctrico dijeron que el gerente no había renunciado, sino que había sido corrido.

Y una buena noticia. Se informaba que la fábrica de hilados y tejidos «La Hibernia» iba a retomar sus funciones como fábrica, aunque tenía mucho tiempo paralizada.

Se publicó la Lista Negra de los comerciantes laguneros que hacían y deshacían a gusto con los compradores. Relucían apellidos extranjeros, y eran 22 los señalados por el consumidor.

Malas noticias en Centroamérica, por que según esto, Honduras y Nicaragua estaban en guerra. Otra vez. Y todo por los límites fronterizos, por queja de las autoridades de Nicaragua.