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Autobús y taxi en un vehículo eléctrico autoconducido

Crece el interés hacia un nuevo concepto de transporte público urbano, un pequeño autobús eléctrico robotizado capaz de recoger gente allá donde lo llamen desde un smartphone (no requiere estaciones o paradas predeterminadas en las que recoger o dejar viajeros) y que funciona mediante un avanzado software.

La empresa estadounidense Local Motors, que hace unos meses presentó públicamente su innovador vehículo llamado Olli, está recibiendo mucha atención desde el sector del transporte. A Local Motors se la conocía por producir los primeros automóviles fabricados en buena parte mediante impresión 3D. Pero su pequeño autobús Olli puede que supere en popularidad a dichos automóviles.

El vehículo autoconducido incorpora las capacidades avanzadas de computación cognitiva de la célebre empresa IBM, pionera histórica de la computación. Olli, que puede transportar hasta 12 personas, está equipado con algunas de las tecnologías para vehículos más avanzadas del mundo, incluyendo el sistema Watson de la Internet de las Cosas, de IBM, para el sector de la automoción. Gracias a ello, se logra, entre muchas otras cosas, permitir una interacción intuitiva, fácil y natural de cada pasajero con el autobús.

Es el primer vehículo que utiliza la computación cognitiva, basada en la nube, del sistema Watson, para analizar cantidades inmensas de datos de transporte, aportados por más de 30 sensores repartidos por el vehículo, y aprender de esta información.

Usando el proceso de desarrollo abierto de Local Motors, se añadirán y ajustarán continuamente sensores en función de las necesidades de los pasajeros y de las preferencias locales que se identifiquen.

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John B. Rogers, Jr., cofundador y director general de Local Motors, junto a un ejemplar del vehículo robótico Olli. (Foto: Rich Riggins/Feature Photo Service for IBM)

Los pasajeros podrán interactuar con Olli, conversando con él mientras viajan desde el punto A al punto B, hablando de temas como a dónde quieren ir, cómo funciona el vehículo, y por qué Olli está tomando ciertas decisiones de conducción. El sistema Watson permite que Olli entienda y responda a las preguntas de los pasajeros desde que entran en el vehículo, por ejemplo, en relación con los destinos (“Olli, ¿puedes llevarme al centro?”) o sobre funciones específicas (“¿cómo funciona esto?” o, incluso, “¿ya hemos llegado?”). Al no tratarse de un conductor humano, no hay riesgo de accidente por distraerle con la conversación. Los pasajeros pueden pedirle a este singular autobús recomendaciones sobre destinos locales, como restaurantes populares o monumentos históricos.

El uso de Olli no está planteado como el de un autobús tradicional, con su serie inamovible de puntos de recogida y destino de viajeros, sino de un modo que recuerda más a un taxi compartido. Mientras llevemos un smartphone, allí donde estemos será una parada. Y allá a donde vayamos lo será también.

Según sus creadores, el software de autoconducción permite a Olli tomar decisiones con más rapidez que un humano y mantener a salvo con mejores garantías a los pasajeros. Va equipado con cámaras ópticas y un sistema de rastreo láser de tipo LiDAR (llamado así por las siglas en inglés de «LIght Detection And Ranging»), que mide el tiempo que consume la luz en ser reflejada en la superficie de un objeto, y permite cartografiar tridimensionalmente, con un nivel enorme de detalle, el entorno escudriñado.

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