A´PA SABADITO
A’PA SABADITO DE EMOCIONES INOLVIDABLES!! DIABÉTICOS CON EL AZÚCAR DESCONTROLADA, OTROS CON EL COLESTEROL POR LAS NUBES Y OTROS MÁS CON LA PRESIÓN MUY PA’ ARRIBA O MUY PA’ ABAJO…
Dos narcomantas, balacera dentro del Hospital General en Caborca, López Obrador inauguró instalaciones de la GN en Pitiquito, los jóvenes sin borracheras por vacunarse contra el Covid, y diosito nos envió la bendición de la lluvia.
Por: Gastón Gastélum Rocha.
Caborca, Sonora, domingo 04 de julio del 2021.- Un sabadito 03 de julio que queda pa’ la historia de Caborca y la región, que da para escribir hasta una novela con emociones inolvidables, involucrando al mismo Presidente de la República, a la pandemia del Covid, a la Guardia Nacional, a la delincuencia organizada y a la bendición de Dios a través de la lluvia para paliar un poco la extrema sequía de esta desértica región.
El Presidente vino a inaugurar instalaciones de la Guardia Nacional en Pitiquito, en este fin de semana que prometía tranquilidad con muy pocas borracheras porque los jóvenes se andaban vacunando contra el Covid, pero alguien se encargó de meterle emoción al poner dos narcomantas que amanecieron el sabadito en Caborca buscando atraer la atención de López Obrador sobre la delincuencia organizada que trae un desmadre de balaceras y ejecuciones en esta región.
El mismo sabadito por la noche, ya cuando se fue el Presidente rumbo a Nogales, se protagonizó una balacera adentro del Hospital General en Caborca con hombres y mujeres armados que entraron disfrazados de enfermeros, donde las versiones extraoficiales de unos, señalan que los chicos malos de aquí, de allá o de más allá, iban a rematar a un herido; y de otros, que al contrario iban a rescatar a un herido, pero no contaban con que había Guardias Nacionales y policías municipales resguardando el hospital y se hizo la tracatera, dejando saldo de un guardia nacional herido de bala, una patrulla baleada, un vehículo asegurado, dos mujeres y dos hombres detenidos; y lo más cabrón, el personal evacuado fuera del hospital junto con todos los pacientes que podían movilizarse, algunos diabéticos con el azúcar descontrolada, otros con el colesterol por las nubes y otros más con la presión muy pa’ arriba o muy pa’ abajo; o sea, todo fuera de control, bien cabrón el asunto.
A’pa sabadito de emociones inolvidables, vaya que sí da para toda una novela con emociones de todo tipo, pero en calidad de mientras sirvan estos cuantos renglones como introducción, nos vemos… o nos escribemos…
