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Anaconda y el Día de la Madres (Buscadoras) Desde París

ANACONDA

POR:- JOSE RAMON GASTELUM ROCHA

H. CABORCA, SONORA.

Te comparto, querido Anacondista, una tarde de Anaconda en París, paseando por las calles de un otoño tardío. Te lo juro Anacondista que me parecía imposible concebir una dicha más pura que la de aquellas tardes doradas, con el olor montuno de las castañas en los braceros, los acordeones lánguidos, los insaciables enamorados que no terminaban nunca de besarse en las terrazas abiertas, y sin embargo, este humilde Anaconda, con la mano en el corazón, me lo dije solemnemente, que no estaba dispuesto a cambiar todo eso por un solo instante de mi desierto en pleno Agosto acá en mi Caborca querido.

Ahora, creo que habremos de poner en la mesa de las discusiones este tema, porque el ingresarme en aquellas desérticas planicies de mi querida Costa Agrícola de esta Perla del Desierto, caminar por los arenales, es entrar a la luna…Esa especie de planeta vacío guarda la riqueza del país, pero es preciso sacarla de la tierra seca… En pocos sitios del mundo la vida es tan dura y a la par tan desprovista de todo halago para vivirla… La tierra desnuda, sin hierba, sin agua, es un secreto inmenso y huraño… El desierto con su aire es un cristal duro y transparente…Donde hay bosques junto a los ríos, todo le habla al ser humano… El desierto en cambio es incomunicativo… Es difícil entender su idioma, o sea, su silencio… Y eso le da valor agregado a lo ahí logrado.

Por ello, se me hacía imposible cambiar aquella dicha vivida en las calles de París, por una calurosa tarde del desierto, pero ahora que el crimen organizado de la región, se ha apoderado de la paz y la tranquilidad de todos aquellos que teníamos la dicha de vivir en el desierto, y ahora, estas familias del desierto que tienen años y años con una vida honesta, de trabajo, generando empleo, cumpliendo en tiempo y forma con las responsabilidades del pago de sus impuestos, del pago de sus servicios, y ahora se enfrentan a días de zozobra, de intranquilidad, pues solo piensan en el desagradable momento de terminar su vida en medio de un encontronazo de estos grupos, y convertirse en tan solo una estadística más por haberse encontrado en el momento y lugar equivocado.

Esto a cualquier hora del día, además de tener un miembro de la familia atrapado en el alucinante mundo de las adicciones, o sencillamente por ser un empresario exitoso, motivos por los cuales pueden ser víctimas fáciles de los grupos delincuenciales, llegando a sufrir asaltos, “levantones”, y al final la muerte.

La verdad que es un tema delicado, tanto para el que lo pretenda explicar, como para el que quiera entenderlo. Claro que nos habrán de argumentar que sucede en todo el Estado, en todo el país, y en todo el mundo. Pero a los que vivimos en este Desierto, nos incumbe la vida, precisamente, de este desierto, que se nos ha convertido en asesinados, ejecutados violentamente, encobijados, entamalados, feminicidios, menores de edad asesinados, otros desaparecidos; en fin, poco a poco va siendo parte de nuestro diario vivir estos acontecimientos y lo hemos ido aceptando como un “Life Style”, dijeran nuestros vecinos del norte.

Habremos de preguntarnos: ¿Cómo celebrarían este Día de Las Madres, aquellas que tienen años buscando a sus seres queridos?. Así es, esas Madres Buscadoras por la Paz, que ya se conformarían con encontrar los restos de sus hijos, de sus hijas, de sus esposos, etc., etc., aunque darían su propia vida a cambio por encontrarlos aún vivos. Madres que no tienen paz, pues estos grupos les cambiaron su vida de la noche a la

mañana, y seguramente no recibieron flores, mucho menos besos de sus seres queridos, tan solo esa impotencia que genera temor, incertidumbre, rabia… Pero mejor ahí la dejamos y nos vemos la próxima edición, si Mi Poder Superior me lo permite.

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