Acá entre Nos a veces la legalidad no legitima

Por: Ramiro Chávez B.

@ramirochavezb

Definitivamente ya se tiene un antes y un después para la política interna de los ganaderos sonorenses… lo escribí y lo refrendo de nuevo.

De lo ocurrido en la Unión Ganadera Regional de Sonora sin tener mayores detalles asoma al momento el uso de todo el aparato de la Unión y los argumentos legales como instrumentos para garantizar un resultado. Se vale? sí. Se acepta? a medias. Porque no deja de ser un ejercicio de práctica política de una agrupación que concentra a miles de ciudadanos ganaderos en donde recobra fuerza el término de que “percepción es realidad”.

El método tradicional que la Unión tiene para elegir a sus dirigentes estatales, es o tal vez era, una práctica de confianza y entereza mucho más que de algoritmos.

Lo peor que le puede pasar a una institución que representa a muchos es perder la confianza de sus integrantes y eso se respira tras el resultado de la elección.

El llamado de unidad parece insuficiente.

Don Héctor Platt se ha reelegido y su dirigencia por los siguientes años llevará el cuestionamiento de una parte del sector a menos que de la elección se aprenda la lección.
Daniel Baranzini, muestra serenidad y entereza, elementos necesarios que un líder debe poseer y saber administrar tanto en los mejores como en los no tan buenos momentos, porque como dice el Arte de la Guerra “quien se mantiene sereno y firme, no lo abaten los acontecimientos”.

La UGRS entra con esta elección a una nueva etapa, el principal activo de los agremiados es el valor a la palabra y… como amanece este valor en el corral? A que sabe el café colado con la duda amargándolo más?…

Son miles de agremiados cuya decisión quedó en casi un centenar de delegados y el control de la operatividad en tal vez una treintena, el algoritmo se aplica.

El que hace la ley hace la trampa, un dicho popular criollamente nuestro y que puede acomodar al caso porque…
Acá entre nos tal vez lo ocurrido tenga la legalidad necesaria pero no la legitimidad precisa que alce sí, la mano del triunfo pero no de la victoria.