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8 de marzo: Día Internacional de la Mujer… y de la Niña y de la Adolescente

El 8 de mayo se CONMEMORA el Día Internacional de la Mujer. No es un festejo, no es una celebración. No debe reproducir la imagen machista de las mujeres expresada en flores o felicitaciones.

El Día Internacional de la Mujer, que también es de la Niña y la Adolescente, es una conmemoración. Momento de reflexión, de subrayar los que debería ocurrir todos los días: el respeto y la garantía real de los derechos de todas las mujeres, las niñas, las adolescentes.

Es el momento también de impulsar que todas las escuelas de pensamiento feminista, de que todos los feminismos, hagan visibles y evidentes a las niñas y a las adolescentes, que también son mujeres, que también deben tener el respeto y la garantía de sus derechos.

Parece obvio que al decir “Mujeres” ya se “incluye” a las #niñas y a las #adolescentes. Sin embargo, como muchos genéricos en nuestro lenguaje, la gente entiende “Mujeres” sólo como mujeres adultas. Momento para ver si no se piensa este Día desde una visión “adultocéntrica”.

El Adultocentrismo es la visión de que las personas adultas son las que deciden por la niñez y la adolescencia porque estas no tienen la madurez para decidir. Por lo tanto, dentro de la lucha legítima por los derechos de las mujeres, hay que evitar que se reflexione desde el enfoque de que niñas y adolescentes tienen sólo “derechitos” conforme a su edad, que el goce pleno de los derechos humanos es para personas de edad adulta.

El #adultocentrismo es semejante, en sus estructuras lógicas, de lenguaje y de acción, a las estructuras de la #misoginia y el #machismo. Se comportan igual, victimizan de la misma forma a niñas y adolescentes. Por lo tanto, el adultocentrismo es una de las formas más sutiles e invisibles de la discriminación hacia las #niñas y las #adolescentes. Lo que no se nombra no existe.

Entre todas las tareas relevantes del feminismo y sus diferentes aristas, un importante desafío es visibilizar a las niñas y las adolescentes. Sus activistas deben tener presente, en la academia, en el cambio social, en la acción diaria, que al principio de sus vidas fueron niña y adolescente, y que esas etapas de su vida determinaron lo que hoy son.

Que en la realidad, la situación de las niñas y las adolescentes es más álgida que la de las mujeres adultas. La población de niñas, niños y adolescentes que vive en pobreza es del 53.9% y, sobre todo, en el caso de las niñas indígenas hablantes de lengua indígena se eleva al 90.8% (54% en pobreza extrema, 36.8% en pobreza moderada).

Por eso, este Día Internacional de la #Mujer, día de reflexión, de balance sobre sus derechos humanos, hay que pensar en que:

Los movimientos de defensa de los derechos de la mujer tienen que desarrollarse desde un enfoque No adultocéntrico y cuidar esta inclusión de sus congéneres en su discurso.
Los movimientos de defensa de la #niñez y #adolescencia deben incorporar la perspectiva de Igualdad de Género por la que han luchado incontables generaciones de mujeres. La diferencia entre niñas y niños, de acuerdo a los indicadores, las coloca en una posición de mayor vulnerabilidad.
Es un doble reto: empatar los derechos humanos de las mujeres con una visión incluyente de niñas y niños, sin Adultocentrismo y siempre con perspectiva de género en todos los casos. Si se da este equilibrio todas y todos habremos logrado un avance que se podrá conmemorar en México en los próximos Días Internacionales de la Mujer… y de la Niña y de la Adolescente.

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